PERFIL DEL MAESTRO DIOCESANO

1. Que estén comprometidos con la Institución. Sean leales a los principios y valores del Colegio ante propios y extraños. Sepan que sin su colaboración plena, estos principios y esos valores quedarán muertos en el papel. Sepan que su labor no culmina cuando acaba la última clase, porque es un maestro por vocación y sobre todo que no tengan límites del tiempo. Maestros que vivan la auténtica libertad a la que aspira todo ser humano.

2. Comprometidos en su vida cotidiana con los valores cristianos del Evangelio

3. Que respondan a la angustiosa llamada de la iglesia en Latinoamérica que hizo opción por los pobres y por la juventud.

4. Que no hagan dicotomías entre fe-justicia y su vida cotidiana

5. Que susciten en sus estudiantes el pensamiento propio, no crean decirles toda la verdad sino que les den las herramientas y medios para que ellos, con su propia imaginación e inventiva, disfruten de la aventura de encontrar por sí mismos la propia verdad.

6. Que diferencien entre enciclopedismo y educación integral: Memorismo y análisis crítico.

7. Que conozcan por sus nombres a sus estudiantes y los traten con respeto y justicia. Procuren acomodarse a la edad, al ritmo y al modo de ser cada uno y sean a la vez cariñosos y exigentes, amigos y con autoridad porque saben que de este modo los jóvenes irán adquiriendo la deseada libertad y el máximo valor del amor.

8. Que amen la vida, por eso la generan y la protegen

9. Que comprendan que la auténtica pedagogía es una obra de amor y de entrega generosa y; desinteresada, Por lo tanto deben ser colaboradores con el programa de formación de la afectividad y la sexualidad.

10. Que frente a los acontecimientos registrados en la prensa, radio, T.V. de tragedias humanas, injusticias y muertes, las aprovechen para hacer el debido análisis con sus estudiantes, sacar de allí conclusiones prácticas, de sensibilidad, solidaridad y fraternidad.

11. Que convenzan, porque están conscientes de que todos los haberes morales, espirituales, intelectuales y materiales no son para el provecho exclusivo del individuo sino que cumplan una función social.

12. Que crean en la juventud. Sepan que en ella está la esperanza del cambio que necesita nuestra patria. No prediquen violencia, no comuniquen resentimientos pero sí la insatisfacción por el estado de injusticia social en que vivimos.

13. Docentes profetas, es decir, que denuncien lo inhumano y lo injusto, anuncien nuevos caminos de realización humana y propaguen un nuevo orden de justicia y felicidad.

14. Un profesional honrado, amable, puntual, tolerante, capacitado, leal, justo, con sentido de ética y de superación personal, comprometido con la comunidad educativa, que genere relaciones armónicas, que viva afectivamente, goce con la recreación y ame su labor.

15. Que sepa lo que enseña y con conocimiento integral, un educador que asuma su disciplina como un conocimiento en construcción y por lo tanto se preocupe por actualizarse y capacitarse cada día.

16. Una persona con alto sentido de la disciplina, que propugne por lo colectivo más que lo individual, que sepa resolver los conflictos con el diálogo, comprometido(a) con un nuevo tipo de sociedad Urabaense, que se sienta ciudadano de Colombia y que respete y viva sus símbolos patrios.

17. Sensible a los valores espirituales, que viva los valores Evangélicos, que sea firme en sus valores como creyente, que piense en el poder como servicio y no como dominio, que piense en el otro como capacidad de encontrar su realización personal en lo que hace y sirve.

18. Son personas que aprenden continua y permanentemente, se capacitan, actualizan y perfeccionan constantemente, y enriquecen estos niveles de aprendizaje con sus propias experiencias.

19. Toman la vida como una misión por cumplir con y para distintos actores, en diferentes escenarios de desarrollo, en diversas condiciones de ejecución y contextos, pero siempre con actitudes de compromiso y de servicio.

20. Son personas de buen ánimo, positivos, optimistas, entusiastas, que creen en los sueños y las esperanzas porque están seguros que pueden realizarlos, pues no le temen al esfuerzo.